Los fabricantes de automóviles alemanes Volkswagen, Daimler y BMW se enfrentaban este lunes a informaciones de prensa según las cuales realizaron pruebas de emisiones de gas a las que habrían sometido a monos pero también a humanos.
Desde el sábado, Volkswagen indicó que tomaba "claramente distancias con cualquier forma de maltrato de animales", tras la revelación por el New York Times de tests llevados a cabo con monos por estos tres constructores, y también por el grupo alemán Bosch.
Estos experimentos se llevaron a cabo en 2014 en territorio estadounidense por parte de un organismo europeo sobre salud en el sector del transporte, el UEGT, fundado por los cuatro grupos.
Pero el caso adquirió una nueva dimensión el lunes cuando el diario alemán Süddeutsche Zeitung afirmó que estos tests sobre los efectos de la inhalación de óxidos de nitrógeno (NOx) también fueron efectuados con 25 humanos en buena salud.
"Tomamos claramente nuestra distancia con esta prueba y con el EUGT", comentó el lunes a la AFP un portavoz de Daimler.
"Estamos consternados por la magnitud de los estudios y por que hayan sido llevados a cabo" añadió, y precisó que su filial Mercedes-Benz "condena de forma enérgica este tipo de experimentos".
BMW no había reaccionado de momento este lunes por la mañana.
"Me producen repugnancia estas revelaciones sobre los tests de emisiones a los que fueron sometidos humanos y monos", comentó a su vez la ministra alemana de Medio Ambiente, Barbara Hendricks.
"Está bien, y es lo menos que cabía esperar, que los fabricantes de automóviles hayan tomado sus distancias con estas pruebas y que se hayan disculpado. Todos los elementos del escándalo deben ser esclarecidos", añadió la ministra.
Bernd Althusmann, ministro de Economía de Baja Sajonia, un estado federal accionista de VW, calificó por su lado estos experimentos de "absurdos e inexcusables", informó la agencia DPA.
A fines de 2015, el grupo Volkswagen había reconocido haber equipado 11 millones de sus vehículos diésel --de ellos unos 600.000 en Estados Unidos-- con un programa que falseaba los tests antipolución y disimulaba emisiones que a veces eran hasta 40 veces superiores a lo autorizado por las normas.
Tras el "dieselgate", los constructores alemanes decidieron poner fin a la actividad del UEGT, actualmente en liquidación, según precisa Süddeutsche Zeitung.